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En las sala Rockefeller a parte de los conciertos uno se encontraba con varios stands entre los cuales se encontraban desde tatuadores hasta tiendas para comprar vinilos, pese a que la variedad no es que fuese tremenda, si que pudimos encontrar algunas de las discográficas que estaban presentes en el festival. También otros festivales noruegos como el Trondheim Metal Fest o el Midgardsblot tenían representación en el festival. Aunque lo mejor de todo es sin duda la terraza que está en la tercera planta, donde uno puede comer, beber o escuchar a King Ov Hell pinchando clásicos de los 80!

Secrets of the Moon 

La banda alemana de black metal es la primera en actuar en el Rockefeller en el último día de festival. La banda se formó en 1995 en Osnabrück por Daevas quien dejó la banda huérfana de miembros originales. El estilo cabalga entre el black y el doom, con pasajes lentos y muchos cambios de ritmo y con una voz cercana al blackened death metal. Una mezcla compleja de estilos que no es apta para todos los oídos, pero que ofrecen una apuesta muy original. Fue uno de los descubrimientos que hicimos en el festival, y eso que son un verdadero clásico, pero nunca habíamos tenido la oportunidad de escucharlos en directo.  Desde las campanadas iniciales de Serpent Messiah hasta  Carved in Stigmata Wounds, sin dejarnos Nyx por el camino. Fueron pocos temas pero debidamente seleccionados. Esperamos verles de nuevo.

Deathcult

Los suizos Deathcult, cuyo nombre lo dice todo sobre su estilo, se consiguieron convertir en uno de los conciertos más movidos del festival. Okoi Thierry Jones, el vocalista y guitarrista de Bölzer, se lanza con un nuevo proyecto junto a músicos de bandas Blakk Old Blood, Violent o Traumalice, con un sonido puramente death metal, a diferencia de Bölzer quienes le dan un toque Black al asunto. Su EP “Pleading for Death…Choking on Life” se compone de dos temas y nos ofrece una descarga de gritos infernales y riffs de death metal clásico y que consigue un sonido parecido al death de los 80. Si bien este señor parece que le tenga alergia a sacar álbumes, en directo es uno de los mejores músicos que hay, por las ganas y la energía que le echa y por la furia con la que actúa. A ver si les da para hacer una gira como la de Bölzer y los podemos ver en otras ciudades.

Kampfar

Kampfar no necesita presentación y mucho menos en el Inferno. La banda son ya un clásico en el festival y en esta ocasión nos tenían preparado un show a la altura de un 15º aniversario. Mylder, como no podía ser otra, abre con todo tipo de pirotecnia y su grito de guerra “Helvete” coreado por todo el público. El carismático y versátil Dolk (lo de versátil va por los que vieron a Vreid en el Wacken 2014) se convierte esta vez en camaleónico, cambiando de vestuario entre canción y canción, con un setlist que explora los mejores temas de Kampfar, una banda que no se sabe si es black, folk o viking, o quizás lo es todo, pero que enamora a quien la escucha. Una pena tener que conformarse solo con 6 temas, pero si es para ver Ravenheart o Our Hounds, Our Legion en un escenario como el del Rockefeller, pues para que nos vamos a quejar,  si ya lo tenemos todo.

Slagmaur

Quizás la banda más interesante del festival. Son noruegos, tocan black metal y tienen un estilo underground, hasta aquí todo normal, pero resulta que la banda viste con mascaras de animales, desde cuervos hasta cerdos o incluso “ogros”. Cubiertos con túnicas y recitando los escritos de una sangrienta biblia, en sus temas se aprecian todo tipo de instrumentos, con un toque sinfónico pero con pasajes oscuros y brutales. Originalidad no faltaba y en el John Dee prácticamente no se podía circular, así que la banda consiguió captivar a todo el mundo. Lo peor de todo, las luces, imposible poder sacar una foto digna de la banda ya que la sala estaba prácticamente oscura del todo, algo imprescindible para crear su atmósfera. La banda forma parte del sello Osmose Productions, lo que vendría a ser la cantera de las grandes bandas de black metal como Immortal, Marduk o Enslaved.

LAST BUT NOT LEAST

Esta banda formada en 1996 no duró mucho en el mundo del black metal y evolucionó a un estilo vanguardista e industrial, incluso cambiando su nombre a DHG. 666 International supuso el cambio radical en su carrera que se acabó de sellar con Supervillain Outcast en 2007. Los bailes de Yusaf Parvez nos dejaron desconcertados y además el setlist no acababa de acompañar. El público no pareció seguir el concierto ni tampoco nosotros lo hicimos. Pese a todo, la banda tiene grandes temas como When Heavens End, Kronet Til Konge o Den nye, para nombrar algunos de nuestros favoritos. La banda se fue a la zona de firmas después del concierto para poder hablar con sus fans, algo que por cierto hicieron contadas bandas en el festival.

Dødheimsgard

Bloodbath

Cinco años sin noticias de Bloodbath. El supergrupo de death metal por excelencia, formado en 1998, no parece encontrar la “estabilidad” suficiente para convertirse en una banda fija en el panorama de metal actual y cada vez que aparecen en la escena musical, desaparecen otra vez sin dar noticias, pero entre todos sus parones, el que hubo de 2010 hasta 2015 ha sido el más inquietante. Con la salida de Mikael Åkerfeldt de la banda, no se sabía muy bien que iba a pasar y eso que Bloodbath es una de la bandas de death metal con más seguidores que existen. La noticia que la banda iba a seguir pero con otro cantante tranquilizó a los fans pero por poco tiempo, hasta que se supo que el nuevo role de vocalista seria a cargo de Nick Holmes. Todo el mundo se quedo boquiabierto con la noticia. ¿Qué pinta el cantante de Paradise Lost en una banda de death metal? Pues solo hace falta revisar los inicios de Paradise Lost y uno se da cuenta de los elementos de death metal que incluía la banda en sus inicios.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

El nuevo álbum Grand Morbid Funeral no está a la altura de los anteriores pero no es para nada un álbum malo, sino todo lo contrario. Para su regreso en el escenario, la incertidumbre y las esperanzas eran muy altas y es que el Inferno Metal Festival era la ocasión de dar la bienvenida a esta banda de nuevo a los escenarios. El concierto empezó con un tema de su último trabajo, como no, Let the Stillborn Come to Me, con un Nick Holmes cubierto de sangre y vestido con una túnica gris, un toque jihadista que no entendimos muy bien, pero eso que importa cuando en su tercer tema arrancan con “So You Die”.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Locura entre el público con la ingesta prematura de clásicos. Breeding Death, Cancer of the Soul o Soul Ecisceration, el concierto fue perfecto hasta que llegaron los problemas técnicos y Nick Holmes se quedó sin micrófono y decide irse del escenario, sin que ningún otro miembro retome el rol de cantante o sin coger prestado el micrófono de algún otro miembro. Una vez terminado el tema, nos confiesa que le gustaría repetirlo pero que no da tiempo y es que no estamos en un ensayo y en directo se tiene que saber improvisar, pero bueno, son cosas ajenas al grupo. Lo prometido es deuda y Eaten entra en los encore, con el mítico grito de “EATEN” coreado por todo el público, al que le sigue nada  más ni nada menos Cry My Name y la sorpresa final, pues como todos los grandes, si nos emocionamos con Emperor versionando Bathory, Bloodbath versionando Entombed y su Left Hand Path no podía dejar un listón sino altísimo para terminar el Inferno Metal Festival.

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