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Metaldays 2013 - Tercer día

Ya en el ecuador del festival y de un par de días de fiesta, llego la hora del mal tiempo, aunque llovió apenas un par de horas, fue suficiente para anular nuestros planes de pasarnos por el rio. Así que estuvimos en una de las pizzerías (o pizzerijas como allí lo llaman) mas buenas de Tolmin llamada “Na Placu”. El menú sale bastante económico, a parte de una carta con varias opciones, la mayoría platos italianos. Pudimos repasar el running order del día, mientras degustábamos las dos cervezas del país Laško y Union. Por lo que se ve estas dos cervezas se traen una rivalidad parecida a la del Barça con el Real Madrid. Según nuestra opinión, la Laško es algo mejor, aunque durante los días del festival vivimos a base de PILS, una edición de Laško, por solo 1 euro los 0.5 l!

TURISAS

 

Siguiendo nuestra tradición de ir a un concierto de folk metal al día no podíamos faltar a la cita con otro de los grandes del género: Turisas. Sin duda, Metaldays es el festival ideal para estos grupos, lleno de buen rollo, naturaleza, proximidad al escenario y al grupo, y gente dispuesta a pasarlo bien. Con todo esto, nuestras expectativas eran altas.  Turisas salieron motivados y tocaron la mayoría de sus clásicos: The March of the Varangian Guard, Take the day!, To Holmgard and Beyond, The Great Escape y One more. Pudimos escuchar Into the Free de su nuevo álbum que saldrá a finales de Agosto. Terminaron el concierto con The Messenger y dos de sus grandes éxitos: Stand up and fight y Battle metal. Aunque mucha gente lo pidió, no tocaron su mítica versión de Boney M. Rasputin. Gran fallo por parte de la banda.

 

 

MESHUGGAH

 

Meshuggah es un grupo que funciona a base de una compleja maquinaria de riffs sangrientos, músicos robóticos, gritos de sufrimiento y un sonido técnicamente inmejorable. Así son los conciertos de la banda de metal experimental sueca. Las luces epilépticas y los gases de neón acompañando un sonido aplastante, que desde la mayor objetividad, fue el mejor sonido de todo el festival. El publico en masa y perplejo ante un show adictivo que no hizo más que llenar de asistencia dando la sensación que Metaldays iba a estallar. 

 

 

Empezando con Swarm, ardiendo con Combustion, cegándonos con Do Not Look Down e hiriéndonos con Bleed, la banda completó medio setlist en un abrir y cerrar de ojos. La capacidad con la que la banda nos hipnotizó con su show provocó la total desorientación de un público, que se olvidó que a escasos metros empezaba el show de Dying Fetus. La hora y media (si es que realmente duró eso) se completó con: I am Colossus, Rational Gaze, New Millennium Cyanide Christ y The Hurt That Finds You First. Una pena que no estuviese Futur Breed Machine, aunque ni siquiera nos dimos cuenta, el show terminó con In Death is Life, In Death is Death y The Last Vigil. Después de asistir a tal masacre tuvimos que repetir concierto unas semanas más tarde en el Wacken!

TAAKE

 

Llegamos al último concierto del día dejando atrás conciertos impresionantes de grupos de estilos muy diversos. ¿Qué decir de Taake? Es claramente un grupo que no necesita mucha presentación, otro de los grandes de Bergen que te hace preguntarte qué debe tener esa tierra para que salgan bandas de tal nivel como Immortal, Burzum, Gorgoroth o los mismos Taake. Black metal puro y a la altura, que no necesitan hacer espectáculo, ni llevar excesos de adornos. Su presencia y música bastan para dejar contentos a sus seguidores. Hoest, con su cara poseída y algo más calmado que en 2007, cuando salió con una esvástica durante su tour en Alemania, animaba al público a base de gritos demoniacos. Tuvimos la sorpresa de ver a Attila Csihar de Mayhem que, aprovechando que estaba ya en el festival, salió a cantar Dei Vil Alltid Klaga Og Kytacon con ellos. No falto ni Myr ni Fra Vadested Til Vaandesmed de su último álbum, pero si Helvetesmakt  que hubiese ayudado a bajar el tempo. Empezaron el concierto y sin parar, enlazaron una canción detrás de otra, dando una lección de lo que es la esencia del black metal noruego. El final del concierto llegó 10 minutos antes de lo previsto. El público, eufórico con la calidad de la banda, pedía a gritos “We want More”. Hoest, cogido a su micrófono admitió: “La verdad es que… no tenemos más canciones” y desapareció. En muchos años de conciertos, no hemos visto forma más blacker de acabar un concierto.

 

 

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