Llegamos un año más a los tres dÃas infernales llamados: Hellfest. Y es que el festival francés ha ido subiendo de popularidad año tras año hasta el punto de convertirse en la nueva meca de los metalheads en Europa. Con un cartel que prometÃa hacer historia y con la mayorÃa de los pases para el festival agotados (sólo quedaron algunos para el domingo) todo estaba a punto para vivir una nueva experiencia en las tierras de Clisson.
La salida hacia el festival fue el jueves 19 de junio pronto por la mañana. A la llegada habÃa largas colas y parkings saturados, se esperaba una mejora para esta edición del festival ya que habÃa aumentado el número de plazas de una forma significativa. Asà que para no quedarnos sin sitio, nos quisimos curar en salud llegando 24 horas antes al festival. Una vez llegados hicimos nuestra visita anual al Leclerc para coger provisiones para los 3 dÃas más cargados de metal de este año.
Reformas en el festival
Nada más llegar uno se daba cuenta de todo lo que habÃa cambiado en el festival. Algunas de estas reformas fueron para mejor y otras a peor. Aquà os dejamos un resumen para los que asisten cada año sobre lo que más ha cambiado en el festival:
LO MEJOR
LO PEOR
Hellcity Square. Una nueva plaza con tiendas y el extreme market, donde uno podÃa pedir información sobre el festival, comprar merchandising e incluso tatuarse. Todo al estilo Camden Town.
Las escaleras de tres pisos que daban paso del Hellcity square al camping. Obligatorias para acceder del festival al camping. Tres pisos de subida y tres de bajada para cruzar una calle. Nos obligó a hacer más ejercicio del que querÃamos.
Más baños y gratis y además con cadena. El festival instaló sanitarios con cadena al lado de las duchas. Aunque harÃan falta algunos cuantos más, fue una gran mejora para el festival (sobre todo por las chicas).
Control de pulseras en la entrada del camping. Aunque parezca una chorrada esta novedad supuso muchos problemas. Los que no tenÃan la pulsera del dÃa en cuestión (o la de los 3 dÃas) no tenÃan derecho a acampar en el festival. También se formaban algunas colas para entrar o salir del camping en horas puntas.
Han instalado una noria gigante, una de las más grandes que hemos visto. Pudimos dar unas cuantas vueltas mientras veÃamos a Slayer tocando South Of heaven. Una experiencia única.
Más bancos y mesas para comer pero en pleno sol. La meteorologÃa de esta edición fue excepcional y cada vez se veÃa más gente con quemaduras por el sol, asà que un poco de sombra con mesas hubiese estado bien. Por suerte siempre nos queda el bosque del musqat.