Doro empieza el concierto con la energía y poder sobre el escenario que la caracterizan, animando el público con la cover de Warlock I rule the ruins seguida de Burning the witches. A continuación nos deleita con una canción propia: Rock till death; de su último álbum Raise your fist in the air, toda una declaración de intenciones. Si algo no se puede negar de Doro es su capacidad de crear himnos pegadizos que no puedes evitar cantar durante los dos o tres días posteriores a escucharlos. Otra de las cosas que la caracteriza es el amor incondicional hacia sus fans, que no para de recordar durante sus conciertos, dando las gracias por su asistencia y por apoyarla desde sus inicios, y que es más que evidente cuando ves la enorme cola que se forma en el Meet and greet del Wacken para firmar autógrafos o simplemente hablar con ella... Y es que Doro es de los pocos artistas que hemos visto en Wacken que dedique una media de 5 minutos por fan!

 

Continuando con el concierto, ya estábamos avisados que habría muchas sorpresas durante el show, y nos encontrábamos con la primera de la noche: la colaboración con Chris Boltendahl, de Grave Digger, en la canción East meets west. Hubo algunos problemas de sonido en el micrófono de Chris en el principio de la canción. A continuación llegó el turno de The night of the Warlock y uno de los momentos más esperados por todos: We are the Metalheads (el himno del Wacken). De repente vemos una gran cantidad de personas encima del escenario moviendo sus melenas para acompañar a Doro en la canción. Una imagen un tanto extraña en un concierto que sólo te podrías encontrar en un concierto como el de Doro, caracterizado siempre por el buenrollismo metalhead. Y al terminar la canción otro temazo, su último single Raise your fist in the air, un nuevo himno que demuestra que Doro continua estando en forma a pesar de sus 30 años sobre los escenarios.