Bergen, la segunda ciudad más grande de Noruega y la cuna del Black Metal, fue el sitio elegido para acoger la primera edición del BLASTFEST. Organizado por Yngve Christiansen, vocalista de Blood Red Throne, el festival acogió a más de 30 bandas distribuidas en 3 días de conciertos en locales emblemáticos de Bergen como el Garage Pub o el USF Verftet. Bergen es una ciudad lluviosa y fría, rodeada por mar y montañas, repleta de rincones históricos como el barrio de Bryggen o la iglesia de Fantoft (quemada por Varg Vikernes). La ciudad no es excesivamente grande y en un par de días uno es capaz de moverse sin mapa por el centro. Nosotros aprovechamos miércoles y jueves para visitar los sitios obligatorios de la capital de Hordaland, el resto de días estuvimos de festival y de bares.
Noruega es en general un país muy caro, sobre todo cuando se proviene de España, la diferencia de precios es superior al doble que los de nuestro país. La cerveza está alrededor de los 7 euros por 0.4 L, el vino alrededor de los 8-9 euros, y para comer en restaurante, nada por debajo de los 12 euros. La opción más económica es tirar de comida de supermercados. Un par de días en restaurante también se agradecen, así que lo que hicimos nosotros es comer un plato de pasta en el restaurante Michelsen (ubicado en el Byparken). También hay fast foods (McDonalds, Burger King,…) por el centro que ofrecen precios más económicos que los restaurantes tradicionales. Pese a los altos precios la ciudad es acogedora y en seguido uno se la hace propia. Tomarse un café o una birra en el pub Apollon es todo un placer: es una tienda de discos donde además venden merchandasing y hay mesas para comer pastas o tomar alguna bebida. Ver vinils del Misteris Dom Sathanas o del A Blaze in The Northern Sky así como ver el poster oficial de la última edición del Hole In the Sky, son algunos de los placeres que ofrece este club. Saber que los miembros de Immortal, Taake, Gorgoroth y otras muchas grandes bandas del black metal frecuentan este sitio, aporta mucho más encanto a nuestro paso por el pub.
Por la noche nos fuimos a tomar un par de birras en el Garage pub. En el sítio ponen música rockera pese a que los seguratas de la puerta parezcan a los integrantes de Amon amarth. Deep Purple, Rolling Stones, WASP son algunas de las bandas que se pueden escuchar en el local mientras nos tomamos una HANSA Pilsner, la cerveza estrella de noruega, que no está del todo mal pese a que este lejos de las cervezas alemanas. Finalmente por el alojamiento optamos por el hotel Citybox Bergen, un hotel con habitaciones con baño compartido por un precio bastante moderado (por lo que es Noruega). Por otra parte el festival tenía habitaciones reservadas en el Scandic Hotel (a pocos metros del citybox) que era un poco más caro pero por otro lado permitía conocer a los asistentes del festival, a las bandas y a los organizadores. Y es que si algo tubo de especial este festival es que trás los 3 días de convivencia, todos los metalheads se habían cruzado en un momento u otro y pudimos establecer amistad con mucha gente. Algo que resulta un poco difícil en festivales como el Wacken o el Hellfest.
